Existen diferentes tipos de amor, este mes que celebramos el día del amor y la amistad quiero aprovechar para hablar de uno en específico, el amor propio. El amor propio hace referencia a la autoestima y cómo nos vemos o nos percibimos.
La autoestima es el aprecio o consideración que tenemos hacia nosotros, nos revela si una persona está conforme con su forma de ser o presenta un pensamiento o sentimiento negativo dirigido hacia sí mismo. Esto determina cómo nos comportamos y relacionamos con los demás.
Es curioso saber que nosotros no nacemos con autoestima, se va desarrollando a lo largo de nuestra vida y puede ir cambiando. Una sana autoestima nos permite tener estabilidad emocional, motivación, mejor estado de ánimo, asertividad, entre otras cosas.
La imagen corporal es cómo la persona se ve a sí misma cuando se mira al espejo, es decir, cómo la persona cree que es. Se relaciona estrechamente con los sentimientos y emociones que experimenta la persona respecto a su percepción externa e interna del propio cuerpo. Existe la imagen positiva que es cuando la persona tiene una imagen clara y real de su cuerpo donde, además de valorarlo y apreciarlo, se tiene una sensación de seguridad y comodidad. En cambio, en la imagen negativa se tiene una percepción corporal distorsionada, lo que provoca ansiedad, vergüenza e inseguridad.
Las personas con una imagen corporal negativa son más propensas a padecer un trastorno de la conducta alimentaria (TCA). Esta enfermedad involucra baja autoestima, depresión, aislamiento, ideas de muerte y diversas comorbilidades.
El grupo de edad que tiene mayor prevalencia son los adolescentes, ya que están en una etapa de constantes cambios físicos en donde se perciben “desproporcionados”. Es importante aclarar que no se necesita padecer un TCA para tener una imagen corporal negativa, lamentablemente en la sociedad en la que vivimos es muy común estar inconforme con nuestro propio cuerpo.
No es fácil luchar hoy en día con tantos estereotipos, pero hay que intentar hacerlos a un lado porque, más que un bien, están afectando el amor propio de miles personas.
Algo que nos hace llorar y sufrir tanto para alcanzar la perfección no puede ser lo que necesitamos para ser felices. Muchas veces nos hemos dejado llevar por el dicho “la belleza cuesta”, pero ¿realmente vale la pena sufrir tanto?
Nos hemos preocupado tanto por eliminar “las cosas malas” y fingir lo que no somos que hemos dejado de notar lo bueno que tenemos. Es por esto que te dejaré algunos tips para desarrollar el amor propio. Como primer paso debemos aceptar y valorar nuestro cuerpo como es. Lo siguiente sería pensar en todas las características positivas que tenemos. Posteriormente diría que hay que rodearse de personas que respeten nuestra imagen y nos hagan sentir cómodos sin que expresen comentarios sobre nuestra apariencia. Como último paso, tenemos que tratar a nuestro cuerpo con respeto y amabilidad, no hay necesidad de maltratarlo pues de él dependemos para vivir.
P.L.P: Johanna Cederborg Gutiérrez