El otro día, miré en Instagram una publicación que hizo la Nutrióloga Karen Betech, que tenía el título “Cinco razones para ir con un(a) nutriólogo(a)”. En primer lugar, ella señalaba, mejorar tu relación con la forma de comer, seguido de reaprender la alimentación intuitiva, estabilizar músculo y grasa corporal, recuperar tu capacidad de disfrutar la comida, y en último lugar recuperar tu salud física. Me quedó resonando esa primera razón, a tal grado que pensé: “Con la primera bastaría, lo demás es complemento”.
La mayoría de las personas relaciona la idea de que se consulta al nutriólogo(a) cuando se quiere bajar de peso o reducir tallas. Cuando un paciente llega a consulta con una mala imagen corporal, muchas veces, se tiene la ilusión de conseguir una “figura ideal” a costa de lo que sea, incluso de la salud. No importando el coste de una dieta sumamente restrictiva, porque se tiene la falsa idea de que eso traerá el resultado esperado: “La felicidad”. La restricción extrema no es sostenible, y mucho menos lo es esa ilusión de que se alcanzará la felicidad cuando se logre tener el peso anhelado. La delgadez nunca alcanza y la exigencia se vuelve cada vez más rígida y difícil de complacer.
Y muchas veces no se considera que experimentar felicidad es complejo si el cuerpo no sacia sus necesidades más básicas, es decir, una alimentación variada y balanceada, ya que la falta de nutrientes puede generar múltiples efectos en el cuerpo como lo son: sueño, ansiedad, falta de ánimo, baja presión, desmayos, etc. ¿Qué es la felicidad? ¿Existe? Es una pregunta compleja, pero es un hecho es que no existe felicidad que implique sufrimiento o desequilibrio corporal.
Un(a) nutriólogo(a) profesional, que antepone la salud no va a imposibilitar que su paciente reduzca alguna talla, porque sería igual de violento exigir que alguien no baje de peso como exigir que alguien lo haga, siempre y cuando esté dentro de los límites saludables tanto física, mental como socialmente. Además está capacitado para ayudarle al paciente no a encontrar la “figura ideal” sino el cuerpo saludable, que no se limita a cierta forma, a cierto peso o a cierta talla sino a la forma que toma tu cuerpo, cuando estás haciendo las cosas necesarias para obtener salud física, mental, y calidad de vida. Es un acompañante del paciente para que este sea capaz de devolver una mirada amable al espejo, que aloje e incluya las necesidades presentes.
FUNDACIÓN APTA
Psic. Alexandra Cielak Grynberg
- Cuenta en Instagram @nutriologakarenbetech
- Podría ser: dame la malteada, el polvo mágico o cualquier modalidad que se le parezca.