Empieza el año 2023… Un año esperado por muchos y es inevitable pensar que han pasado ya casi tres años desde que el primer caso de COVID-19 se detectó en México. De alguna manera todos nos hemos visto afectados y si hablamos específicamente del impacto que tuvo la pandemia en nuestra salud mental podemos concluir, que en su mayoría hubo un impacto psicológico negativo, ya sea por el aislamiento social forzoso, el temor a contagiarse, la incertidumbre, el aburrimiento o dificultades financieras, etc. Sin duda, la pandemia precipitó o incluso agravó algunos problemas mentales previos.
Hablando específicamente de redes sociales, el confinamiento nos llevó a estar aún más expuestos a contenido digital, y dentro de estos resaltan: el de tipo gordofóbico y el que glorificaba el fitness o delgadez. Es decir, pasamos aproximadamente más de dos años consumiendo diariamente mensajes que nos indicaban cómo ser “El humano ideal en cuarentena” , y esto se resume en lograr tener unos kilos menos, intentar una nueva dieta,
hacer más ejercicio , y/o una concepción errónea de cómo ser más productivo. Si bien, la productividad o el autocuidado no son en sí mismas, malas, el poner ambas como el fin último del hombre y/o tener una mala concepción de estos conceptos si lo es. Y es peligroso para nuestra salud mental caer en estas distorsiones de considerar la salud como el valor más importante para las personas o que el esfuerzo individual y la disciplina en el cuidado del cuerpo garantizan que se consiga una salud óptima, a esto le llamamos “Salutismo”.
Construyéndose así un culto al cuerpo, sistema de creencias, valores, y prácticas sociales que distorsionan las relaciones entre imagen corporal, actividad física, comida , y salud de muy diversos modos. En el confinamiento, gran parte de la población fue capturada por estos mensajes. Sin embargo, queremos hacerte saber que no es tu culpa y que este 2023 puedes tener una nueva perspectiva.
¿Qué pasaría si este año dejamos de querer cambiar nuestro cuerpo? Y en su lugar hacemos a un lado los parámetros de belleza y estética de la sociedad para darle la oportunidad a lo que es un verdadero cuerpo saludable, que no se limita a cierta forma, a cierto peso o a cierta talla sino a la forma que toma tu cuerpo, cuando estás haciendo las cosas necesarias para obtener salud física, mental, y calidad de vida.
¿Qué pasaría si dejáramos la frenética búsqueda de salud? Y en su lugar entendiéramos que, el hecho de estar obsesionado en buscar continuamente la salud, lleva al fin y al cabo a ponerla en verdadero riesgo. Eliminar el salutismo de nuestras vidas, que indirectamente también nos da a entender que la enfermedad es el castigo de la falta de responsabilidad personal hacia el propio cuerpo puede ser algo beneficioso y liberador.
Esto no quiere decir que los hábitos sean malos, pero solemos ponernos objetivos que no son ni realistas ni saludables. Y cuando caemos en esta trampa pueden haber muchos más riesgos en la salud física, mental y social que beneficios.
¿Qué pasaría si entendiéramos la productividad de manera diferente? No como la actividad de hacer muchas cosas en poco tiempo, sino en la buena administración de tus dones, talentos, tiempo, energía y entusiasmo no solo para tu propio bien, sino para el de los demás.
Esto quiere decir que la productividad no sólo es para grandes ejecutivos con siete reuniones diarias o para el deportista que decidió levantarse a las 5:00 am para hacer tres horas de ejercicio. La vida productiva es también para el ama de casa con tres niños pequeños, para el abuelo jubilado que no está muy seguro de que hacer con su tiempo, para el conserje que lleva 15 años limpiando el mismo edificio, para la adolescente que está iniciando su preparatoria. La productividad es para todos, porque todos tenemos alguno de estos, ya sea dones, talentos, tiempo, energía o entusiasmo. Una persona puede tomar sus recursos sin importar si son muchos o pocos, reconocidos o no y usarlos para un buen propósito(Ávila, A. 2020).
En Fundación APTA, queremos hacerte saber que este 2023 no necesitas presionarte con tener un cuerpo nuevo o cargarte de nuevas tareas y metas. Tu identidad no está en tu figura, en tu productividad y tampoco lo está en tu estado de salud.
Fundación APTA
P.L.N Nathalia López Buerón