¿Alguna vez has escuchado hablar sobre los “picky eaters” o las personas que son muy selectivas en los alimentos que comen? ¿Sabías que esto no solo puede ser la elección de las personas, sino también un trastorno de la conducta alimentaria?
El trastorno evitativo restrictivo, o más conocido por sus siglas TERIA, es un trastorno que se manifiesta a través de la persistente incapacidad para satisfacer las necesidades nutricionales adecuadas, se caracteriza por la falta de interés por comer, la evitación de alimentos debido a incomodidades sensoriales y la preocupación por las consecuencias después de comer. Es importante saber que, si bien TERIA no está ligado directamente a un miedo a subir de peso o la distorsión de la imagen corporal, sus implicaciones pueden ser igual de importantes tanto física como emocionalmente.
Uno de los aspectos que más tenemos que tener en cuenta en este trastorno es la asociación que tiene con la selectividad alimentaria, ya que esto puede llevar a deficiencias nutricionales graves como la anemia por falta de hierro y niveles bajos de proteína y calcio. Es importante que exista una detección y diagnóstico temprano para minimizar los efectos adversos en la salud y en las relaciones de familia y amigos.
¿Quiénes son los más vulnerables a TERIA? En estudios recientes se ha demostrado que este trastorno tiene mayor prevalencia en niños, con edades entre los 4 y los 9 años. Sin embargo, esto no significa que los adultos y adolescentes se queden exentos, este trastorno puede estar presente en personas de cualquier edad.
También se ha podido demostrar cómo es que este trastorno puede afectar profundamente el funcionamiento psicosocial del paciente. El aislamiento social, la dificultad para integrarse en entornos escolares o laborales y la ansiedad en torno a las interacciones sociales donde se sirve comida son solo algunas de las consecuencias que pueden surgir.
Es muy importante abordar TERIA con comprensión y lo más pronto posible ya que con un diagnóstico temprano podemos evitar las complicaciones. Los tratamientos se centran en la rehabilitación para normalizar la alimentación a través de enfoques conductuales, priorizando el manejo de ansiedad en torno a las comidas, la garantía de la adecuación nutricional y establecer patrones de alimentación funcional. El tratamiento no solo se enfoca en la reconstrucción de la relación con la comida sino también en el entorno social.
Hoy en día los trastornos de conducta alimentaria están en aumento y están alcanzando edades cada vez más jóvenes, es fundamental despertar nuestra atención y acción. Hay que empezar a educarnos y estar atentos a señales tempranas de estos trastornos. La salud y el bienestar de las personas y de los niños es fundamental, cada pequeña acción que tomemos, ya sea al educarnos más sobre los trastornos alimentarios o al ofrecer apoyo a alguien que lo necesita, puede marcar una gran diferencia. No hay que subestimar nuestros esfuerzos individuales. Trabajemos juntos para mejorar la relación con la comida y tener un cuerpo y vida saludable.
FUNDACIÓN APTA
Mariana Simón Ruede