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La belleza corporal como tema de conversación constante.

“Nuevo año, nuevo cuerpo, nuevo comienzo” es una de las frases más comunes a inicio de cada nuevo año,
pero ¿Por qué? ¿Es acaso que debo sentirme culpable por pasar tiempo de calidad con mi familia? ¿Debo
sentirme culpable por disfrutar fiestas importantes? El hombre es un ser social y esto define muchos aspectos de la alimentación, nada para sentirnos culpables.


La cultura de dietas deslumbra a las personas con remedios fáciles “retos de 28 días”, que al no ser manejadas
de forma correcta, termina desencadenando consecuencias fatales porque son estrategias fatales; “la astucia
del objeto acaba imponiéndose al sujeto”. Seguido de alcanzar la meta “perder peso y lucir una figura esbelta”,
un peso centrismo, perfeccionismo, traumas con la comida y el cuerpo disfrazados de profesionales de salud.
Vivimos en una cultura en donde el cuerpo se ha convertido para muchos en objeto de culto. De tal forma, que
éste determina el éxito, el compromiso, amistades y el trabajo de cada individuo, creando así una aceptación
social.Desde épocas muy antiguas la belleza y la estética han sido signo de alabanza, deseo y admiración. Cada
época ha determinado su idea única de belleza siendo una moda que llega, se posiciona y se va. Hoy en día la
belleza sobrepasa el valor y las virtudes de una persona, creando la idea de anteponer el exterior sobre lo
interior, parecer más que ser.

El significado estético es sensitivo e intelectual, pone en marcha la personalidad haciendo que cada quien se
valore por lo que cree que es. La sobrevaloración del cómo se ve y se percibe un cuerpo nos lleva a sacrificar
otros aspectos más necesarios y urgentes. El deseo de pertenecer a un mundo en el que los estándares de
belleza son y seguirán siendo cuerpos delgados ha puesto en riesgo la vida de muchas personas, en especial
los adolescentes que están en busca de su propio sentido de existencia.

Los medios de comunicación se han vuelto los más influyentes en la difusión de cómo debe verse una persona.
Estudios han demostrado la asociación entre el aumento del uso de redes sociales y la distorsión de la imagen
corporal. Pasar más tiempo en redes sociales aumenta la insatisfacción corporal y la apropiación de ideas de
belleza como la delgadez extrema, conductas alimentarias de riesgo, fomento de la comparación y el uso de
dietas para adelgazar. Instagram, Facebook y tiktok están repletos de cultura de dieta y salutismo; influencers,
celebridades, etc.

Gran parte de la población tiene una relación poco sana con la comida, que muchas veces puede comenzar con
un comentario inocente y puede agravarse al recibir información errónea. Y lamentablemente cada vez vemos a
más profesionales de salud, que suponen deberían cuidar de nuestra salud, hablando del cuerpo de otras
personas. Cuándo entenderemos que de un cuerpo ajeno no se habla, que cada cuerpo es un mundo, todos son
diferentes y eso nos hace únicos , ¿Por qué deberíamos comer lo mismo que los demás?

Afortunadamente hoy son más los profesionales sumándose a rechazar ser peso centristas. Recordemos que el
peso es sólo es un número, nunca va a definir tu valor, ni te hará mejor o peor que los demás. La belleza real no
está definida por una envoltura.

Fundación APTA
P.L.N Ariadna Conzuelo