La amenorrea, o la ausencia de períodos menstruales, es un indicador importante de la salud de la mujer durante sus años reproductivos. Para las mujeres con trastornos de la conducta alimentaria (TCAs), especialmente aquellas que sufren de anorexia nerviosa o trastorno evitativo restrictivo de la ingesta alimentaria (TERIA), la amenorrea puede ser un fenómeno común. Es esencial abordar no sólo el trastorno alimentario en sí, sino también los factores subyacentes que contribuyen a los desequilibrios hormonales.
¿Qué es la Amenorrea?
En las mujeres, el ciclo menstrual refleja la salud hormonal general del cuerpo. La ausencia de un periodo puede ocurrir por diversas razones, como el embarazo, la lactancia o la menopausia. Sin embargo, cuando una mujer en sus años reproductivos no tiene su periodo debido a estrés, malnutrición, ejercicio excesivo o un trastorno alimentario, se conoce como amenorrea hipotalámica funcional (AHF). La AHF ocurre cuando los factores estresantes, como la alimentación restrictiva o el ejercicio excesivo, interfieren con el eje hipotálamo-hipófisis-ovario (HPO), interrumpiendo las señales hormonales necesarias para la menstruación.
Amenorrea y Trastornos de la Conducta Alimentaria
Los trastornos alimentarios como la anorexia nerviosa o ARFID pueden afectar significativamente el ciclo menstrual. Estos trastornos suelen implicar una ingesta de alimentos restringida, lo que lleva a deficiencias nutricionales y déficit de energía. El cuerpo, en respuesta a estos factores estresantes, puede suspender funciones no esenciales, incluida la reproducción, como una forma de conservar energía. Como resultado, las mujeres con estos trastornos a menudo experimentan amenorrea secundaria, en la que su periodo se detiene durante tres o más meses después de tener ciclos regulares.
Los efectos de los trastornos de la conducta alimentaria en el cuerpo son profundos. Además de las deficiencias nutricionales, las mujeres con anorexia o ARFID pueden padecer desequilibrios en las hormonas tiroideas, el cortisol y las hormonas reproductivas, todas las cuales pueden contribuir a la amenorrea.
La Conexión con los TCAs
En el contexto de los trastornos de la conducta alimentaria como la anorexia nerviosa y ARFID, el estrés, los factores psicológicos y los déficits nutricionales son factores clave en la aparición de la amenorrea. Ambos trastornos implican un enfoque intenso en la imagen corporal, los alimentos y el control, lo que conduce a comportamientos restrictivos con la comida. A su vez, estos comportamientos crean un ciclo vicioso que afecta negativamente al eje HPO(hipotálamo-hipofisario ), contribuyendo a la amenorrea y otros desequilibrios hormonales. Es importante señalar que muchas personas con trastornos alimentarios experimentan altos niveles de estrés psicológico, lo que agrava aún más estas alteraciones hormonales.
El Rol de encontrar la causa de raíz en el Tratamiento de la Amenorrea
Los enfoques de medicina funcional son particularmente útiles para las personas con trastornos de la conducta alimentaria, ya que se centran en identificar y abordar las causas subyacentes de los desequilibrios hormonales y la amenorrea. Un profesional de medicina funcional utiliza un enfoque integral, que incluye pruebas de laboratorio, modificaciones en el estilo de vida y nutrición específica para apoyar la salud hormonal y restaurar los ciclos menstruales.
Para las personas con amenorrea debido a trastornos alimentarios, un protocolo para encontrar de raíz la causa puede incluir:
- Pruebas de Micronutrientes: Las deficiencias nutricionales son comunes en personas con trastornos alimentarios. Las pruebas de micronutrientes pueden ayudar a identificar deficiencias de vitaminas, minerales, aminoácidos y ácidos grasos esenciales para la regulación hormonal y la salud La suplementación y ajustes dietéticos basados en los resultados de las pruebas pueden apoyar la salud menstrual y la recuperación.
- Apoyo a la Tiroides y las Glándulas Suprarrenales: Las hormonas tiroideas y suprarrenales suelen desequilibrarse en personas con trastornos alimentarios. Existen suplementos de apoyo, que pueden ayudar a equilibrar las funciones tiroidea y adrenal, mejorando la resiliencia al estrés y la salud hormonal en general.
- Manejo del Estrés: El estrés psicológico, incluida la ansiedad y el trauma, juega un papel significativo en el desarrollo y la perpetuación de los trastornos alimentarios. La Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), la oración, conexiones sociales y otras prácticas de mindfulness pueden ser herramientas valiosas para abordar los componentes emocionales y psicológicos de los trastornos alimentarios.
- Soporte Nutricional: Un enfoque nutricional equilibrado es crucial para las personas con amenorrea debido a trastornos alimentarios. Esto incluye aumentar la ingesta calórica, priorizar proteínas y grasas saludables, y asegurar una dieta rica en vitaminas, minerales y fitonutrientes para satisfacer las demandas energéticas y nutricionales del cuerpo. Si existen desequilibrios metabólicos o Síndrome de Ovario Poliquístico, se podría recomendar alimentación y suplementos especiales para ello.
Consideraciones Prácticas para la Recuperación
Para las mujeres con trastornos alimentarios, especialmente aquellas con ARFID o anorexia, la recuperación de la amenorrea requiere un enfoque multifacético:
- Ejercicio Equilibrado: El ejercicio excesivo puede perpetuar la amenorrea y los síntomas del trastorno Un enfoque más equilibrado hacia la actividad física, como el yoga o el entrenamiento moderado, puede apoyar la regulación hormonal sin estresar el cuerpo.
- Terapia y Apoyo: El apoyo emocional es crucial en la recuperación de los trastornos alimentarios. Una combinación de psicoterapia y terapia familiar puede ayudar a abordar las causas subyacentes de los comportamientos restrictivos con la comida y los problemas de imagen corporal.
- Monitoreo y Adaptación: La recuperación de la amenorrea y los trastornos alimentarios es un proceso gradual. Los profesionales de medicina funcional trabajan estrechamente con los pacientes para monitorear el progreso y adaptar el plan de tratamiento según sea necesario.
Conclusión
La amenorrea es un problema común para las mujeres con trastornos alimentarios, y requiere un tratamiento cuidadoso e individualizado. Se debe ofrecer un enfoque integral que no solo aborda los aspectos físicos de la amenorrea, sino también los factores psicológicos que contribuyen a ella. Al centrarse en restaurar el equilibrio nutricional, gestionar el estrés y apoyar la salud hormonal, las mujeres con trastornos alimentarios pueden trabajar hacia la restauración de sus ciclos menstruales y su bienestar general. En APTA, abogamos por un enfoque integral y centrado en el paciente que priorice tanto la salud mental como la física en el proceso de recuperación de los trastornos alimentarios.
FUNDACIÓN APTA
Por: L.N Nathalia López Buerón