En los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) suelen haber diversas alteraciones físicas, entre ellas alteraciones en el aparato digestivo. La relación entre ambos es tal que los síntomas digestivos pueden ser los que lleven al paciente a consulta, enmascarando el TCA.
Las alteraciones digestivas pueden manifestarse de diferentes maneras, aunque suele haber síntomas más frecuentes dependiendo de la conducta asociada al TCA.Así, cuando hay restricción alimentaria existen trastornos en el funcionamiento del sistema digestivo, esto debido a que al no haber suficientes nutrientes suele haber síntomas como hinchazón, diarrea, estreñimiento, gases, entre otras cosas. Las causas de estos síntomas se dan por un enlentecimiento de la digestión, del vaciado gástrico y del funcionamiento del colon (pudiendo provocar constipación). Al haber poca energía y pocos nutrientes disponibles se ralentiza la función del aparato digestivo para poder aprovechar la mayor cantidad de energía y nutrientes posible.
Otro aspecto que influye en la causa del malestar es la debilidad muscular ocasionada por la obtención de energía del músculo (mecanismo de “emergencia” utilizado por el cuerpo al no poder obtener energía de la forma usual), disminuyendo el movimiento intestinal ya que se requieren ciertos músculos para poder digerir los alimentos. También suele haber una disminución de enzimas (lo que dificulta la digestión de ciertos componentes encontrados en los alimentos) y de hormonas que regulan el apetito (dificultando las sensaciones de hambre/saciedad).Por su parte, las conductas compensatorias pueden llegar a dañar el esófago (inflamación, erosiones, úlceras) y afectar el movimiento del colon provocando estreñimiento severo.
En cuanto a los atracones, la ingesta de gran cantidad de comida puede producir una mayor dilatación del estómago, gastritis, reflujo, distensión abdominal, diarrea, entre otros.
En adición a lo anterior, es importante considerar que un TCA puede ocasionar un trastorno gastrointestinal no solo desde una perspectiva física-nutricia, sino incluso desde una perspectiva mental. Esto, ya que los TCA involucran mucho estrés, lo cual es un factor que influye de manera considerable en la funcionalidad del aparato digestivo (piénsese en la insatisfacción corporal, el miedo a ciertos alimentos, el no comer y el exceso de actividad física son factores que estresan al cuerpo, las comorbilidades con otros trastornos mentales como la ansiedad y depresión, etc.). Además, el presentar estas alteraciones aumenta el estrés, empeorando todavía más los síntomas.
Sea cual sea la causa del trastorno gastrointestinal, estas alteraciones afectan la microbiota intestinal, que es conocida coloquialmente como “flora intestinal”. Esta alteración tiene diversas complicaciones físicas, entre ellas la desregulación del apetito y la saciedad.Sin embargo, la relación entre los TCA y los trastornos gastrointestinales no se limita únicamente a la causalidad que puede existir entre los primeros respecto de los segundos, ya que la presencia de un trastorno gastrointestinal puede tener un rol muy relevante a la hora de tratar un TCA.
Esto es así, ya que la presencia de alteraciones digestivas puede llegar a complicar la recuperación nutricia, ya que en ocasiones se suele reforzar la aversión a ciertos alimentos o la insatisfacción corporal si se llega a presentar inflamación.
Para poder prevenir estas dificultades, siempre es aconsejable tratar el trastorno gastrointestinal de manera simultánea al TCA, a fin de ir disminuyendo los síntomas e ir paulatinamente mejorando la calidad de vida del paciente.
Algunos aspectos que forman parte del tratamiento nutricional y que contribuyen a la disminución de las alteraciones digestivas son: introducir paulatinamente alimentos que causan malestar, llevar una alimentación suficiente, variada y con horarios regulares, descansar suficiente, trabajar el estrés físico y mental.
Si los síntomas llegan a ser severos un médico gastroenterólogo se puede incorporar al tratamiento para disminuir el malestar. Conforme se vaya normalizando el patrón alimentario las alteraciones digestivas irán disminuyendo hasta desaparecer.Es importante recordar que el malestar que están sintiendo las personas que padecen un TCA es real, por lo tanto los especialistas encargados del tratamiento tienen que tomar en cuenta los síntomas manifestados por el paciente, seguirlos explorando en consulta y hacer los ajustes necesarios en el tratamiento para atenderlos.
Otro aspecto que se debe considerar es que los TCA y los trastornos digestivos son bidireccionales. Esto se da ya que para tratar los trastornos digestivos en ocasiones se utilizan abordajes que restringen mucho la alimentación, siendo este un factor importante para desarrollar un TCA. No importa lo que haya sido primero, el trastorno digestivo o el TCA, las personas que lo padecen experimentan mucho malestar el cual puede generar mucha ansiedad al momento de llegar la hora de la comida.Si eres un paciente en recuperación de un TCA y presentas alteraciones digestivas quiero decirte que es parte del proceso, es normal que al iniciar el tratamiento el aparato digestivo presente complicaciones al digerir la comida y poco a poco la renutrición y el tratamiento de salud mental te ayudará a disminuir el malestar. Comunícate con tus especialistas para que ellos puedan trabajar contigo los síntomas y disminuirlos.
FUNDACIÓN APTA
Mtra. Ana Laura Montes Martín