El embarazo puede ser un periodo de gran estrés para las mujeres, ya que experimentan cambios en su peso, imagen corporal y la ansiedad asociada con la sensación de perder el control. Esta situación puede afectar tanto a mujeres con trastornos de la conducta alimentaria como a aquellas que no tienen. Sin embargo, las mujeres con TCA son particularmente susceptibles a estos cambios en la imagen corporal y otros cambios físicos y hormonales. Por lo tanto, el embarazo puede aumentar el riesgo de desarrollar o reactivar un TCA en estas mujeres.
Es muy importante hablar sobre este tema para poder proteger la salud tanto física como mental de las madres y sus bebés, así podemos evitar riesgos para el desarrollo durante y después del embarazo.
Durante el embarazo, las mujeres pasan por intensas presiones culturales y sociales para mantener la “figura ideal”, esto aumenta gracias a los estándares de belleza representados por los medios de comunicación y las redes sociales. Esta influencia puede distorsionar la percepción de la imagen corporal y provocar una carga emocional significativa en las madres. La internalización de estas ideas de belleza puede aumentar los niveles de estrés, ansiedad e insatisfacción corporal, lo que puede tener consecuencias negativas en la salud mental de las mujeres durante y después del embarazo.
Para las mamás primerizas puede ser un gran desafío, ya que es algo que están experimentando por primera vez y hay muchos cambios emocionales y físicos. Todo esto puede desencadenar ansiedad, miedo y cambios importantes en el estado de ánimo, impactando la relación de la madre con su cuerpo y la alimentación. En este periodo de cambio es muy importante que exista una autoaceptación y el autocuidado. Cultivar estos dos aspectos puede ayudar a las madres primerizas a atravesar esta etapa con mayor tranquilidad y fortaleza.
Para ayudar a las madres a aceptar y abrazar los cambios físicos durante el embarazo, es importante fomentar una actitud de gratitud hacia su cuerpo por la increíble capacidad que tiene para gestar y nutrir una nueva vida. Se pueden ofrecer consejos prácticos, cómo practicar la atención plena y autocuidado, También es importante que sientan mucha empatía y comprensión por parte de su red de apoyo, existen también otras herramientas disponibles como terapia psicológica, grupos de apoyo para embarazadas, el elemento clave es saber cuando es indispensable pedir ayuda y hacerlo lo más pronto posible. Al centrarse en lo maravilloso del embarazo y en el amor por su bebé en desarrollo, las madres pueden encontrar aceptación en este periodo de transformación.
Para ayudar a las mujeres a aceptar que deben aumentar de peso durante el embarazo, es importante aclarar los mitos acerca de los miedos y preocupaciones asociados con este proceso. Hay que brindar educación sobre la importancia de un aumento de peso saludable para el desarrollo del bebé y el bienestar de la madre, esto puede ayudar a que los miedos disminuyan. Además se pueden ofrecer estrategias para fomentar una relación saludable con la comida y el cuerpo durante este periodo, centrándose en la nutrición equilibrada para que le pueda dar confianza y tranquilidad necesaria a las mujeres para abrazar este aspecto natural del embarazo.
Abordar los TCA en madres durante y después del embarazo es esencial para cuidar tanto la salud física como la mental de las madres y sus bebés. Reconocer y tratar los desafíos emocionales y físicos que enfrentan las madres primerizas, así como desafiar las presiones culturales y sociales relacionadas con la imagen corporal durante el embarazo, son pasos críticos para promover una transición hacia la maternidad más saludable y positiva. Al fomentar la aceptación del cuerpo que cambia, proporcionar educación sobre la nutrición adecuada y ofrecer apoyo emocional, podemos empoderar a las madres para que tengan un embarazo con un crecimiento y conexión con su propio bienestar y el de sus bebés.
FUNDACIÓN APTA
Mariana Simón Ruede
