Imagínate: estás a dieta. Todo el día te portaste “bien”, sin comer carbohidratos ni ninguna de esas comidas que consideras “malas” y que no son permitidas en la dieta, aquella con la que crees que por fin lograrás el cuerpo de tus sueños.
Llegas a tu casa y ves tus galletas favoritas, unas papitas, o igual y las sobras de una pizza que alguien pidió de cenar. “Ya me porté bien hoy, si me como una no pasa nada”, piensas. Cuando abres las galletas, las papitas o esa comida “prohibida” que tanto se te antoja, sientes que no te puedes resistir y terminas comiendo más de lo que necesitabas. Igual y te acabaste la bolsa de papitas, de galletas, o te comiste la pizza entera. Te sientes incómodo/incómoda, igual y sientes culpa o enojo de comer tanta comida “prohibida” después de todo tu esfuerzo.
¿Qué harías si, después de controlar tu alimentación todo el día, te pasara esto? Igual y la mayoría de las personas lo dejaríamos ir y continuaríamos con nuestros hábitos. Sin embargo, para las personas con trastornos de la conducta alimentaria (TCA), la sensación insoportable de culpa tras esta ingesta mayor a la normal podría llevarlos a tener conductas para “compensar” este exceso de comida y calorías ingeridas.
En general, la restricción constante de comida nos puede llevar a sentir que “perdemos el control”, comamos en exceso y nos sintamos culpables. Por esto, los estándares de belleza que valoran tanto la delgadez, así como las dietas restrictivas a las que nos sometemos para alcanzarlos, pueden ser tan dañinos.
Las personas con cierto tipo de trastorno viven esto de forma mucho más intensa, experimentando episodios de atracones seguidos de conductas compensatorias. Los atracones se caracterizan por el consumo de una cantidad de comida mayor a la normal, en un período corto de tiempo y con el sentimiento de pérdida de control durante el episodio (algo similar, pero mucho más intenso que lo descrito arriba). El sentimiento de pérdida de control es lo que distingue un atracón de simplemente comer en exceso (UNC, 2022).
Los atracones son seguidos por intentos de “deshacer” las consecuencias del atracón usando prácticas compensatorias no saludables (UNC, 2022). Lo que buscan estas conductas es “compensar” esta gran ingesta de comida por medio de deshacerse o “quemar” las calorías ingeridas. Comúnmente pensamos en la inducción del vómito cuando pensamos en la bulimia, pero estas conductas también otro tipo de trastornos y otro tipo de conductas purgativas.
Muchas de estas conductas, fuera de su contexto, son comunes, de fácil acceso e inclusive promovidas por la sociedad. Hacer ejercicio, aunque tiene grandes beneficios para la salud, puede tener implicaciones en el cuerpo cuando es realizado de manera excesiva. Realizar dietas restrictivas, como el famoso “ayuno intermitente, puede ser un factor de riesgo importante para el desarrollo de los trastornos de la conducta alimentaria. Entonces, ¿Qué pasa con las conductas compensatorias? Muchas veces, las vemos como algo normal y pueden contribuir al desarrollo de un TCA.
A pesar de que la Bulimia nerviosa y otros TCA no son causados solamente por hacer dietas y hacer grandes cantidades de ejercicio, muchas veces la presión de tener cierto tipo de cuerpo nos presiona a llevar a cabo conductas de restricción y compensación que sí pueden contribuir al desarrollo de uno de estos trastornos. Nuestra autoestima muchas veces puede verse afectada por lo que vemos afuera. Por lo mismo, es importante desarrollar una relación positiva con la comida, el ejercicio y nosotros mismos.
P.L.P Talia Duque