Somos seres con señales internas funcionales para la vida, esto quiere decir que tenemos dentro, signos que comunican que es lo que nuestro cuerpo necesita en cada momento. Cuando tenemos ganas de orinar, el cerebro envía señales a los esfínteres para que se relajen. Luego, envía una señal a la pared muscular de la vejiga para que se contraiga, expulsando la orina de la vejiga a través de la uretra. Tenemos relojes internos que controlan los momentos en que estamos despiertos y cuándo el cuerpo está listo para dormir. Así́ mismo tenemos el hipotálamo que recibe señales nerviosas, químicas y hormonales que regulan nuestra hambre y sociedad.Mediante el hipotálamo recibe señales del tubo digestivo que portan información sensitiva acerca del llenado gástrico; señales químicas de los nutrientes de la sangre (glucosa, aminoácidos y ácidos grasos) que indican la saciedad; señales de las hormonas gastrointestinales y las liberadas por el tejido adiposo. Todos nacemos con señales acondicionadas biológicamente. El problema es que hemos dejado de escucharlas, principalmente por las dietas restrictivas y crónicas que hacen que dejemos de confiar en nuestro cuerpo y confiemos, en vez, en alguien externo.
Una manera de empezar a tener una alimentación consciente y conectada es reacondicionando tu cuerpo biológicamente y empezar a honrar tus señales de hambre y saciedad. Aprende a escuchar a tu cuerpo y pregúntate ¿Cuál es mi nivel de hambre? ¿Cuándo fue la última vez que sentí hambre? ¿Cómo se siente mi estómago? ¿Cómo se siente mi boca? Descubrir la satisfacción al comer es un punto muy importante y es muy válido preguntarse ¿Qué quiero comer? Descubre qué sabores, texturas, apariencia, aroma, volumen y temperatura disfrutas.El comer intuitivo no es todo o nada, no es blanco o negro. Es un balance entre lo que le hace bien a tu cuerpo y lo que le hace bien a tu mente. Porque es cierto que tenemos alimentos que simplemente nos aportan conexión, recuerdos, amor e incluso confort. ¿Has pasado mucho tiempo restringiendo tu alimentación en lugar de confiar en tus señales de hambre y saciedad? ¿Desconoces tus señales de hambre y saciedad? ¿Pasas más del 20% de tu día pensando en comida?
La paz con la comida se logra cuando le quitas el peso a los alimentos, cuando no existe más culpa ni miedo al comer cualquier alimento y, por el contrario, logras disfrutar y agradecer por cada alimento que ingieres. También significa que sus elecciones de alimentos no reflejan tu carácter o moralidad. Y lo más importante, cuando te permites obtener placer de ellos. La paz con el cuerpo se logra cuando le regresas todo el amor que él te da primero.Es importante curar los efectos de privación de los alimentos, que tienen consecuencias tanto psicológicas como biológicas. Cuando confíes en tu cuerpo llegará un momento en el que este dejará esta lucha constante por tratar de sobrevivir y el estrés que la privación alimentaria le ha causado disminuirá. Recuerda que tu cuerpo no es tu enemigo, al contrario siempre te ha dado las herramientas para sobrevivir. Tu cuerpo y tú siempre serán un equipo.
FUNDACIÓN APTA
Michelle Shabot Sutton